Fe de parecidos razonables.
La misma idea de este dibujo, del que decía que mucho me extrañaría que nadie lo hubiese hecho antes, la terminé encontrando, en pequeñito, en la introducción de un tomazo que recopila impresas las mejores viñetas del New Yorker ( en la página 7, si alguien lo tiene). Es muy probable que en años venideros siga encontrando más variaciones sobre la misma imagen. Y todos habremos pensado que por qué a nadie se le ocurrió antes.
De éste, por contra, he de decir que lamentablemente sí era un eco inconsciente de un dibujo que ya conocía; en concreto, uno del gran Quino recogido en el también tomazo 'Esto no es todo', en el que se ve una muchedumbre de caperucitas todas iguales acompañadas cada una por su lobo (el que lo tenga a mano, lo puede encontrar en la página 453). El parecido en todo, en la imagen de base y en lo que se quiere decir, es tal, que no es posible dudar que lo que yo hice fue replicarlo -en malo: el suyo sí es realmente inquietante-.
Aprovecho, por cierto, para recomendar ambos libros.
