Casi un dibujillo de esos que uno hace mientras está hablando por teléfono; ¡venga, va! ¿y si le pongo dos cabezas a la chica? ¿Y si le meto unos tentáculos al pibe? y así. La lectura de tebeos de Charles Burns y Daniel Clowes se proyectaba al fondo...
5 comentarios:
Jajajajaja, cómo mola...
Pero lo más inquietante de todo es el oso de peluche que asoma detrás de la pierna del tipo.
Je, je; ¡es verdad! :)
Uno duerme tan tranquilo, pero ellos nunca cierran los párpados...
Las chicas con dos cabezas siempre están bien :-)
Un saludo
Bufff...Acabas de variar mi concepto de hombre-pulpo. Me gusta.
Ufa! ¡Los hombres-pulpo auténticos son peores! Segregan baba por todo el cuerpo... puej...
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