viernes, junio 24, 2011

Moderadamente en favor de los muros.

Si servidor hubiese tenido una actitud constructiva (si hubiese podido tenerla), en lugar de ser un quejica pataleante como ha sido toda su vida, una de las cosas que pudo haber hecho cuando estaba en la edad oficial para ello, era haberse sacado una carrera técnica para aportar algo a la habitabilidad del mundo, y, por ejemplo, desarrollar algún tipo de estructuras pergolares super high-tech-que-lo-flipas para dar sombra, que hay qué ver lo bien que viene algo de sombra para la vida... De lo más bonito que se puede ver por el campo son esas casas abandonadas, en cuyo interior ha crecido un árbol que asoma por el tejado ya deshecho; árbol que, en el caso del campo castellano, en muchas ocasiones es el único que se ve en el entorno... Bueno, este es un caso de proceso natural, pero tomando uno de justo lo contrario, absolutamente artificial, como es el mar de plástico de Almería, aunque no sea proyectar sombra lo que se persigue en ese caso, al cual el único verdadero reproche que se podría hacer es su absoluta fealdad, uno piensa que, con los conocimientos adecuados, se podría llegar a aunar estética y funcionalidad... O el caso del parque lineal del Manzanares en Madrid, notable proyecto de hacer ciudad habitable (así como los carriles bici, que están siendo un éxito) que hay que agradecer, pero al que no veas lo bien que le vendría algo que quitase un poco de solazo en estos meses del calor...
En fin, cosas en las que se entretiene uno pensando...

jueves, junio 23, 2011

Lo que se espera de ti.

Ésta va con pequeño homenaje al dibujante Pablo, ya fallecido, un clásico de La codorniz, y su Oficina siniestra... (He de decir que su tono es mucho más amable de lo que mi viñeta o incluso el título de su serie puedan dar a entender,  un tono como nacido más que del cabreo de la decepción que siente un tipo de natural bondadoso porque las cosas se hagan de manera innoble y mezquina, con lo poco que costaría hacerlas bien...)

miércoles, junio 15, 2011

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No se devanen los sesos buscando un sentido, que no lo tiene. Es un simple entretenimiento, un juego, que paso a detallar:

-Haga usted un dibujo, abstracto, figurativo, lo que le apetezca, sin que llegar a algo muy acabado. En un tamaño din A4 está bien.

-Trace sobre él una cuadrícula al gusto. Yo la hice de tal manera que quedasen unas casillas de 4x3. Recorte el dibujo siguiendo dicha cuadrícula.

- Cada uno de esos cuadritos resultantes, páselo a tinta olvidándose de el resto, guiándose por lo que las líneas 'descontextualizadas' les sugieran.

- Ahora puede jugar a recomponer el dibujo original (para lo cual, eso sí, habrá sido conviente que antes de recortar haya numerado por detrás los cuadritos), o hacer combinaciones al azar. Si no los pega, las posibilidades son infinitas, aunque después de probar una docena de variantes uno ya se aburre y pasa a otra cosa.

¿Que si esto sirva para algo? No, en absoluto; como fuente de sugestiones, si acaso, como entretenimiento... A mi la parte del proceso que más me gustó fue el entintado de los cuadritos buscando borrar de la cabeza la imagen original...

martes, junio 07, 2011

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El personaje que parlotea es un guiño a uno de Mauro Entrialgo que protagonizaba la serie Sólo son tebeos, recopilada en el álbum de mismo nombre en miscelánea con otras series y materiales del autor. Como en anteriores ocasiones, exagero la cita para tener una excusa y poder recomendar a un autor que  me gusta mucho, responsable de algunas de las mejores páginas de humor, humor gamberro e inteligente, que se han hecho en el terruño desde hace veinte años para acá, que se dice pronto. Si hubiese de quedarme con un sólo trabajo suyo, quizá mi favorito sea El demonio rojo, sus páginas en blanco y negro o bitono que fue publicando en El víbora y posteriormente recogió en dos álbumes descatalogadísimos y que se ha reeditado finalmente en este tomo. Sin desmerecer por ello el pelotazo de su primer Herminio Bolaextra, Tyrex, los Ángel Sefija, Drugos y la cantidad de álbumes que recopilan materiales diversos suyos, todos ellos recomendables. El heredero de Vázquez, y por ende, de lo mejor de la escuela Bruguera, un genuino autor de historietas, nada más, y nada menos.