martes, noviembre 22, 2011

De acuerdo entonces.

Un poco a la manera de Banksy (un poco, ni dibujo bien para que parezcan gestos naturales ni manejo fotos de las que tirar para la composición salvo para simular la pared de fondo).

A Banksy, por cierto, le encuentro bastante en común con El Roto, como un Roto que se hubiese pasado a las paredes ( hubiese vuelto quizá habría que decir, pues su estilo siempre ha tenido esa cualidad de pintada reivindicativa, de grito en el muro), aunque, en mi opinión, mucho menos afilado.

viernes, noviembre 11, 2011

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Una idea vieja, basada en el título de un magnífico ensayo de Rafael Sánchez Ferlosio y que reza como sigue: mientras los dioses no cambien nada habrá cambiado. Esta no es más que una torpe y puerilizada ilustración del antedicho, tal y como la tenía abocetada en su dia, y que a lo tonto a lo tonto he ido haciendo hasta llegar a esto -uno se entretiene así, señora-... Ahora pienso que la idea se ve mejor sin recurrir a la teatralidad del 'monstro': debiera bastar con una peana, enorme en sus dimensiones, de tal manera que todo lo que se suba a ella se vea disminuido, lejano, etc. pero bueno, ya está hecho así y así se queda de momento...

sábado, noviembre 05, 2011

Por si no bastaba

Bueno, volvemos a las viñetillas ladrillescas. No me extiendo, porque imagino que ya habreis leido sobre la cantidad de ladrillo (desde lo que es el puro suelo hasta las viviendas ya acabadas) que ha terminado en manos de la Banca, y cómo el Estado anda manejando los tiempos y los medios para los señoritos puedan repercutirles las pérdidas a los particulares, tanto si se entramparon como si no...

En fin...

jueves, noviembre 03, 2011

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Curiosamente, estos dias he oido en el referido programa de radio de la entrada anterior -que insisto en recomendar-, un par de historias de personajes, reales, que llevaban su ataúd con ellos. Bueno, esta viñeta tiene alguna relación con esa idea, y por eso la he terminado por entintar y subir aquí, pero el origen real se halla en algunas reflexiones -sobre las que no me voy a extender, tranquilos- acerca de mi relación con los tebeos, y que se pueden resumir tal que así: creo que nunca dejaré de leer historietas, con más gusto o con más hastío, aunque solo sea porque durante un largo periodo de mi vida fueron lo único que tenía a lo que agarrarme. (Y, por ello, entiendo perfectamente cuando un autor se empeña en narrar en dibujos algo que con bastante seguridad estaría mejor profundizado y le comería menos tiempo si lo contase en una novela o un ensayo...)