sábado, mayo 23, 2020

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Las cosas van volviendo a la vieja normalidad.

2 comentarios:

Joselu dijo...

Una vez, hace años, en mis clases de literatura arremetía contra el sistema hasta que una alumna me dijo: "¿y lo dices tú, que eres funcionario?" y añadió que el sistema nos protegía, especialmente a los que eran débiles. No sé acerca de tu experiencia, pero en el ámbito educativo, el ochenta por ciento de la atención no es para los alumnos asimilados al sistema sino precisamente a los delcolgados, débiles, o excluidos. La inmensa mayor parte de los recursos son para ellos en detrimento de los chavales que son escolares o siguen el curso sin llamar la atención. Incluso, he visto que en estas fechas se han conseguido ordenadores con gigas de conexión a internet en préstamo para muchachos que carecían de ellos. Saludos.

j. dijo...

No te falta razón, desde luego, y te agradezco que lo comentes. Siempre lo pienso: yo, ya solo por ser gafotas, en el estado de Naturaleza hubiese durado bien poquito, aparte de otros inconvenientes de carácter o personalidad... pero también tenemos el caso de los indios americanos, quizá el ejemplo más claro de cómo un un sistema ajeno más fuerte avanza sobre unas realidades humanas preexistentse asimilándolas o, las más de las veces, empujándolas a un margen cada vez más exterior... El tema de la viñeta, con todo, no era tanto esto, como que lo anti-sistema no es algo 'de afuera', sino interno, y de alguna manera, una réplica en pequeño del propio sistema que crece en tanto lo hace éste y eventualmente podría ser como un cáncer para él, pero creo que esa idea se pierde por no haber sabido por mi parte usar el color de una forma narrativa (le dí vueltas al asunto, pero si marcaba mucho lo de antisistema se leía en primer lugar y me mataba por ese lado el efecto)... Pese a lo no logrado en este caso, es una idea sobre la que tengo algunos dibujos planteados, así que en algún momento volveré sobre ella. Un saludo.