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Las fotografías de lo de estos dias me bloquean para intentar siquiera dibujar algo sobre ello. Cómo se va a mejorar la extrañeza que produce ver gente enfundada de arriba a abajo en trajes de protección fumigando aquí y allá caminando por la calle con total normalidad, las mascarillas por doquier, las escenas de los hospitales, el encierro mundial y a la vez hiperconectado, los lugares emblemáticos vacíos -cosa que les da a esas fotos una cualidad pictórica paradójica-, la paranoia latente... Quizá solo Miguel Ángel Martín podría representarlo de una manera solvente.
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Esto me ha parecido una maravilla. Creo que ya voy sintiendo nostalgia del pulso de la vida, el ir y venir, las personas tan distintas...
2 comentarios:
El próximo sábado tengo que salir de casa, coger el metro e ir a un hospital para donar sangre respondiendo a la llamada del banco. Para mí será una aventura enorme y me hace muchísima ilusión. Ya llevamos un mes encerrados en casa y el agobio se hace notar. Mis hijas discuten a la mínima y ya son mayores (23 y 21 años). Te agradezco la publicación de dibujos cada día, son una ventana que me saca al exterior de mi casa, no te creas que me apetece mucho leer blogs cargados de texto, así que ver viñetas. Supongo que sabes por qué se les llama viñetas. El otro día lo leí en un ensayo sobre el origen de los libros. En los códices medievales, las ilustraciones se rodeaban de motivos florales, o de hojas de viña, de ahí el nombre de viñetas. Supongo que lo sabrías pero no he desaprovechado la ocasión de soltarlo, jajaja. Saludos y gracias.
Pues la verdad que lo desconocía, y me ha sorprendido, jajaja, gracias. Me alegro que esto sirva de evasión, hay una tremenda cantidad de ruido informativo, y ruido a secas, estos dias, y uno satura, aparte, claro está, del encierro por si mismo... Saludos igualmente!
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