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Hoy publica Antonio Muñoz Molina este interesante artículo en El País sobre el papel y el valor del arte en tiempos de crisis y lo fácilmente que se extravía en la prosperidad. Digo interesante, por no decir que estoy completamente de acuerdo. No es querer matizar nada, pero quizá yo añadiría una pequeña defensa también del escapismo digamos bondadoso. Un ejemplo para mi muy claro: los cortos de Charlot se empezaron a producir en plena Primera guerra mundial.
2 comentarios:
Me gustaría pensar que en una crisis sobrevenida e imprevista de dimensiones planetarias los seres humanos reaccionaremos y nos haremos mejores, menos imbéciles. El problema es que para la resolución de los problemas dependemos de una clase mediocre que son los políticos, incapaces de asimilar el estado de excepción en que estamos, ellos se ganan la vida -y bien- con sus jueguecitos estúpidos y les importa una mierda la sociedad y sus intereses. Soy muy pesimista, solo hay que ver que la sociedad es mucho mejor que esa turba de ganapanes que dicen que nos representan.
Yo también soy muy pesimista. Los totalitarismos son hijos de la Primera Guerra Mundial, de la necesidad de los paises que quedaron rezagados, bien porque fueron derrotados o porque sus victorias fueron pírricas, de no perder comba respecto a los ganadores. Y esta crisis va a tener ganadores y perdedores. De momento, China. Y encima, como ha salvado la situación, va a haber una tentación muy fuerte de copiar partes de su modelo. Ya veremos...
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