Nada me extraña después de haber visto un montaje de Angélica Liddell. Salvaje y místico. Me agradan las malas ideas y los malos sentimientos frente al azúcar extendido por todas partes.
Sí, ese tipo de historieta usa la apariencia de lo infantil, de lo candoroso, para dar un golpe de efecto en sentido contrario. Como toda fórmula, puede terminar quemándose, claro. A mi me gusta la idea de cargar contra o ridiculizar la droga, en concreto esa droga, que, en el fondo, tiene un prestigio social incontestado.
2 comentarios:
Nada me extraña después de haber visto un montaje de Angélica Liddell. Salvaje y místico. Me agradan las malas ideas y los malos sentimientos frente al azúcar extendido por todas partes.
Sí, ese tipo de historieta usa la apariencia de lo infantil, de lo candoroso, para dar un golpe de efecto en sentido contrario. Como toda fórmula, puede terminar quemándose, claro. A mi me gusta la idea de cargar contra o ridiculizar la droga, en concreto esa droga, que, en el fondo, tiene un prestigio social incontestado.
Publicar un comentario