lunes, octubre 14, 2019
Fred.
Supongo que hoy debería haber subido algo alusivo a lo de Cataluña, pero no me sale... No sé si la sentencia es dura o blanda, quizá tienda a pensar que dura, pero que sentencia debería haber, eso me parece que cae por su peso: ningún Estado puede respetarse a si mismo si permite la torticería y trapacería con que actuaron los políticos independentistas en todo el proceso que estaba en cuestión, y tampoco, creo yo, una Cataluña que fuese un Estado soberano lo hubiese permitido en uno de sus territorios. Pero quizá sea más fácil verlo de esta manera: si, en el conjunto de España, entre dos o tres partidos favorables a la liquidación del Estado de las Autonomías que tuviesen la mitad más uno de la representación parlamentaria hubiesen emprendido un proceso como el que emprendieron los independentistas allí, con sus medias verdades y mentiras completas, ¿lo toleraríamos siquiera por un instante? Pues eso, como lo que me sale es pura opinión, sin 'chiste', vaya un chiste escapista puro, que de viñetistas de trinchera tenemos ya el circo lleno.
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2 comentarios:
No sé dónde vives pero yo vivo en esa Cataluña de la que hablas. Estoy de acuerdo contigo en lo fundamental, pero yo lo vivo aquí. No te puedes hacer idea cómo nos ha enfrentado y separado a los catalanes este procés. Hay gente que no me habla y hay gente con la que he cortado las relaciones por esta mierda. Uno tiene que tener mucho cuidado con quien habla, solo se puede hablar con gente de confianza. Cataluña está rota. Mi hija pequeña se ha echado novio de la Cataluña interior. Sabes qué es lo primero que preguntaron los padres a su hijo? Que si éramos independentistas. Afortunadamente ni ellos ni nosotros lo somos pero no me quiero imaginar que estuviéramos en lados contrarios. Una catástrofe terrible, pero son "ellos" los que hacen el ruido y montan los pollos y las manifestaciones. Hay que tener mucho cuidado con que te señalen. A mí ya me han señalado y varios exalumnos me han tachado de sus referencias y me niegan la palabra. Hasta el tendero te analiza políticamente para saber dónde estás. Feliz tú que lo puedes ver desde lejos. Yo si pudiera me iría de aquí. En fin.
Vivo en Gijón, pero si tuviese que decir de dónde soy no me diría asturiano, nací en Suiza, mis padres son gallegos, y donde más tiempo he vivido es aquí, así que me considero de Gijón, hasta ahí llega mi identidad. Un cierto grado de orgullo de la pequeña patria me parece bien y natural, pero no me engaño: si esta comunidad fuese no una perceptora neta de rentas del Estado como lo es, sino de las comunidades contribuyentes, hace años que tendríamos ruido independentista -ahora es únicamente identitario-. Todos los movimientos en este sentido están siendo de comunidades ricas, aquí, en Italia, en Reino Unido respecto a la UE... Revoluciones de aspirantes a vivir como señores. Pero quizá siempre haya sido así: en los ejércitos quien busca cambiar el orden dado no es la tropa, que protesta solo cuando el rancho es incomible, es la oficialidad (igual con esto sí hago una viñeta). Cómo habrá sido en Euskadi en los años de plomo... Ayer oí la declaración de Puigdemont y eran todo falsedades, porque nadie tiene restringido el derecho a hablar y escribir en catalán (¡pero si hay todo un programa de inmersión lingüística!), y hay elecciones libres desde hace cuarenta años, sin restricciones, en las que salen elegidos partidos independentistas... En fin...
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