domingo, octubre 20, 2019
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Esta imagen está sacada de una foto de un catálogo de viajes de Carrefour. No se debe hacer, te pueden obligar a retirarla por derechos de autor, y tampoco querría que usasen algo mio para calcarlo, pero es una foto que me chocó mucho en su momento y no me he resistido a usarla, porque parece una metáfora de la actitud del turista como niño caprichoso, casi una crítica a eso mismo que trataba de vender. He intentado llevarla o cruzarla con otra referencia, para mi la mejor viñeta de Miguel Brieva, cuyo texto reza lo siguiente: un talibán gigante arrasa Las Vegas, y efectivamente, eso es lo que se ve en la imagen, tal cual. Creo que le funciona muy bien, como una fantasía hipertrofiada que se mueve entre lo deseado oculto y lo absurdo. Bueno, buscadla por la red, yo creo que entra de pleno en ese humor esquivo y seco de algunas corrientes del arte moderno y para mi es pieza museable, o como sea que se diga... Todo este rollo es, en fin, para confesar que, realmente, no creo que mi imagen esté lograda y que lo que debería hacer es ponerla a barbecho un tiempo para ver qué es lo que le falla y corregirlo, tranquilamente -tran qui la men te-, pero que la impaciencia me puede...
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2 comentarios:
No sé hasta que punto has reelaborado la imagen de Carrefour. No sé si introducido algún cambio sustancial en esta metáfora que revela bien la idea de turista caprichoso que logra que todas las ciudades estén en función de él, sea Praga, Cracovia, Florencia, Dublín, Barcelona, Venecia, Amsterdam o Lisboa. El turismo está destruyendo las ciudades mediáticas de un modo inmisericorde. No creo que sean culpables los turistas pero sí una filosofía del viaje un tanto banal y superficial que nos afecta a todos. Yo suelo viajar bastante en vuelos low cost y soy consciente de ello, aunque personalmente intente viajar de otra manera.
Creo que conocer sitios está bien, conocerlos con amplitud de miras. Me gustan mucho los libros de viajes, y me gusta mucho Sebald y su capacidad de ver más allá. Por otra parte, viajar ayuda a comprender mejor lo que tenemos cerca, a cambiar inercias, a mejorar. Pero también está ese otro viajar que es el turismo, que es una forma de consumo, de comida rápida, que es arrogante y maleducado. Yo quería llevar la imagen a una dimensión más amplia, digamos, algo así como el occidental como niño grande, irresponsable, que destruye por capricho, por mala leche de niño mimado. Ahora la veo, un dia después, y pienso que debería bajar la línea de horizonte para subrayar eso, el tiempo siempre ayuda a ver qué está fallando...
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