lunes, abril 02, 2007

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El mundo, la sensualidad del presente puro, robado y sustituido por una sucia y vulgar estación de tránsito, a escoger destino: o un futuro pluscuamperfecto -que nunca llegará-, o eternidad ideal tras la muerte -no probada- o trama paralela -aturdimiento vía ficciones o química conveniente-. Aún quedan sitios, lugares, no tocados por el dragón: hay que hacerse fuertes ahí.

6 comentarios:

kcirbuk dijo...

Bonito texto, junto con un gran dibujazo!!

Saludos tio!!

Paco K.

FHNavarro dijo...

Dibujo molón, el de abajo la hostia.

Un saludo

Anónimo dijo...

¿Q...q..queeee?
¿Co...C...Comooooo?

El texto lo has copiado de algún sitio. Fijo.
Pero creo que lo has copiado mal y has desordenado los renglones.

Tu Colo que te quiere bien.

j. dijo...

Gracias! Ejem... el texto, en realidad la última frase, está un poco arrebatado por la lectura reciente de La emboscadura, de Jünger (lectura, ya lo digo de paso, recomendada desde ahora por este establecimiento). El dibujo, un recuerdo no contrastado del Manzanares a su paso por la M-30.

Un saludo!

Yordi (Y.) dijo...

El texto es una pasada, el dibujo también, claro.
Muy melancólico, me recuerda a cuando miraba las ventanas con luz de las casas desde el coche de mis padres y pensaba "Cuantas historias tienen que haber ahí a dentro ¡Y yo no me entero!"

j. dijo...

Es verdad! Parecido me pasa a mi también cuando veo encendidas las luces anaranjadas del alumbrado público por pueblos y ciudades de paso, pero con las de las casas ya apagadas, bien entrada la noche. Es una luz triste, que sin embargo provoca empatía con la gente que, uno supone, vive ahí... Eso querría fotografiarlo algún día...

Un saludo!