domingo, abril 24, 2016

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4 comentarios:

Joselu dijo...

Así ha sido la historia de la mayoría de las guerras en que las masas han sido carne de cañón de sus dirigentes. Pienso, sin embargo, en la Gran Guerra (1914-1918) y sé que dichas masas francesas, alemanas, austrohúngaras celebraron con entusiasmo dicha conflagración que preveían breve y victoriosa. La gran base de las guerras son los nacionalismos, malditos sean. Pero sin ellos no hubiera avanzado la historia a lo que es ahora, no a lo que será en un futuro en que los nacionalismos seguirán creciendo, como vemos.

Joselu dijo...

Una corrección: "Pero sin ellos, no hubiera avanzado la historia a lo que es ahora, ni a lo que será en un futuro en que los nacionalismos seguirán creciendo, como vemos".

javi dijo...

Sí, es cierto... Incluso las organizaciones obreras, que eran internacionalistas, dejaron de serlo, contagiadas cada una en su país de ese ardor nacionalista... Escritores de la época cuentan eso, el entusiasmo inicial -aún creían muchos que aquello iba a ser como las guerras antiguas tal y como se contaban en los libros: una especie de torneo medieval, deportivo y colorista- y la decepción siguiente, el hundimiento de todos los viejos valores, del viejo mundo.

javi dijo...

(Ahora pienso a raíz de lo que comentas, que la frase del soldado debería haberla enunciado de otro modo: pensé que la patria era una madre y he descubierto que no es más que el nombre, etc... Algo así.)